El envidioso

Narrador: En un lugar de la Península Ibérica vivía Alberto y Fernando. Alberto era rico pero quería ser siempre el mejor en todo, y eso no lo podía comprar con dinero. Fernando era un hombre humilde que se dedicaba a la agricultura, vivía pegado a Alberto y tenía un gran jardín con un manzano precioso. Alberto al ser un gran fan de ese manzano decidió cultivar en su jardín todo tipo de árboles, pero unas veces o no germinaban, o se secaban a las semanas. Mientras que el manzano de Fernando cada vez estaba más alto, y más bonito.
Alberto: No entiendo porque pasa esto, mi terreno es igual que tuyo, utilizamos el agua del mismo pozo, y la tierra en la misma.
Fernando: Tranquilo Alberto, yo no conseguí esto en un día, la clave está en insistir y persistir, yo te ayudaré con lo que necesites.
Narrador: Fernando era un buen amigo y quería ayudar a Alberto, pero este quería resultados inmediatos y no soportaba ver el manzano así, mientras su jardín estaba vacío.
Alberto: Tienes que tener algún truco que no me quieres decir porque sino esto es imposible.
Fernando: Mi único truco es ser paciente, y hacer las cosas con delicadeza y cariño.
Narrador: Alberto no se creyó nada, y mientras un día estaba apunto de dormirse, pensó que si él no conseguía tener un manzano así, destruiría el de su vecino, y así, si el no podía ser el mejor cultivando, Fernando tampoco.
Narrador: Alberto cogió todas sus sobras de comida y cada noche las fue tirando al jardín de su vecino.Alberto dormía sin ningún remordimiento y el árbol en vez de estropearse cada vez estaba más grande y bonito, pero Alberto seguía convencido que al final caería.
Fernando: (A las tres semanas de tirar la basura en el jardín) Bendito sea dios!! No entiendo como puede estar tan grande este árbol, si todo sigue así podré ganar mucho dinero con estas manzanas.
Narrador: El manzano estaba enorme, bonito y estaba dando las manzanas más grandes que nunca hubiera visto. Todo esto fue posible porque la basura que Alberto pensó que echaba en el jardín en realidad eran deshechos de comida que se convertían en abono para el árbol!!!
Alberto: No lo puedo entender... ese árbol tiene que estar embrujado, no puede estar así después de toda la basura que eché en el jardín!!!
Narrador: Pasaron 6 semanas y el árbol dió las manzanas más grandes jamás vistas, Fernando las vendió y se hizo rico gracias a toda la basura que le echó Alberto.
Fernando: Alberto! Alberto! No te lo puedes creer vendí las manzanas a un muy buen precio y gané mucho dinero, me gustaría celebrarlo contigo ya que siempre nos hemos llevado tan bien!
Alberto: Si... claro... como no Fernando si te apetece ceno en tu casa hoy o lo que quieras hacer.
Fernando: Perfecto! Quedamos así amigo.
Narrador: Alberto totalmente arrepentido se dió cuenta que no tenia porque hacerle mal a nadie cuando nadie se portó mal con él, desde ese momento se convirtió en un hombre mucho más feliz queriendo olvidar todo su pasado.
Moraleja: La envidia es un sentimiento que corroe por dentro y no nos deja ser felices. Recuerda que es mucho más bonito alegrarse de la buena suerte de los que nos rodean y compartir con ellos su felicidad.

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